sábado, 13 de octubre de 2007

Luna Rosa


Una suave atmosfera rosada tiñe la bóveda celestial. Allí se encuentra mi luna. Altiva y serena, envuelta en esa gran bruma que la contagia de color. Creo que hable demasiado rápido. Y todos los pensamientos que le propicio quedaron suspendidos en el aire. ¿Me amara como yo la amo?... ¿pensara en mi?
Cada noche abordamos siempre el mismo tren a la melancolía, su ruta ya no nos lleva a ninguna parte. Te miro, allá arriba...suspendida en el espacio infinito. Te oigo llorar entre millones de estrellas fugaces…y yo aquí, imposibilitada.
Deseo tenerte, que te fundas en mí. No quiero que nadie más te contemple…deseo robarte y colgarte en mi pecho, que seamos uno por toda la eternidad. Mi luna rosa…eres frágil como porcelana, etérea, sublime…te observo y te anhelo; mas me siento inferior, por que nunca estaré a tu alcance.
¿Por qué te amo tanto?... ¿será que en ti reflejas el nombre de mi amor?...necesito alcanzarte. Navegar hasta ti. Los ojos me duelen como dagas infinitas clavadas en mis retinas. Mi corazón se desploma y se rinde ante tu majestad. Te deseo…como jamás he deseado nada en este universo…mas también te odio de tanto adorarte.
Creo que ya lo he visto, creo que ya lo he escrito…la luna rosa esta en el camino. Y allí seguirás por siempre…hasta el día que remonte y vaya a tu encuentro. Nadie está a tu altura, y mucho menos…yo.

jueves, 11 de octubre de 2007

Mariposa negra


Corria, se escaba. Temerosa y austada. Por sus ojos algunas veces se filtraban lagrimas, finas y filosas, como cristales que cortaban su mirada.
Su sonrisa, ya no era la misma. Hacia tiempo ya que de su voz no se escuchaba nada, mas que amarguras.
Su timbre de gorrion, hacia mucho ya que se habia ensombrecido por los humos,
dejando una estela espesa, tan pesada como las cadenas que amarraban sus pies pequeños.
Desanjelada y sin Dios...buscaba en lo profundo unas alas que la ayudasen a volar, mas alla de su propia miseria.
Ya no recuerda su nombre, no recuerda su voz, si alguna vez fue feliz...es una vagabunda de sus propios deseos, carente de tacto, ajena a todo y todos.
Pequeña suicida, eres como una mariposa, que pronto morira. Hermosa, sombria y grotesca a la vez.
Eres sadica...te encanta flagelar tu corazon. Te llenas las manos de sangre, y como un autista, esquivas la mirada. En tus ojos ya hay nada. Solo el vacio existencial. Quizas, en esa cabeza perversa, aun pueda encontrar algun vestigio de lo que alguna vez fuiste...y salvarte de alguna forma de arder. Pero siento que es tarde, y tu mariposa negra...ya elegiste tu destino. Te congelaras hasta que el frio haga de ti una simple estatua de cristal, que yacera por siempre.