sábado, 17 de abril de 2010

No Alice, no wonderland

Tic, tac, tic, tac, segundo a segundo, minuto a minuto el reloj de bolsillo ha de marcar las horas, en un tiempo elástico y abstracto como la realidad misma. Pasa el conejo blanco hasta su madriguera, pero la Alicia que vive en mi se rehusa a seguirlo. Quizás por que en el fondo de su alma sabe que el mundo de maravillas aquel de su cuento es simplemente una fantasía aquella de su autor.
Por que no existen setas mágicas que te aumenten el tamaño o lo reduzcan en un santiamén, ni sombrereros locos que te inviten a tomar el te con la liebre de marzo, ni tampoco un gato de cheshire con sonrisa aduladora. Todo es fantasía...como la vida misma, una fantástica y absurda ironía donde todos jugamos a ser reyes y reinas sin coronas, cetros u trono mandando en mundos inverosímiles como el nuestro.