He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.
Hay muy pocos ángeles que canten,
hay muy pocos perros que ladren,
mil violines caben en la palma de mi mano.
Pero el llanto es un perro inmenso,
el llanto es un ángel inmenso,
el llanto es un violín inmenso,
las lágrimas amordazan al viento
y no se oye otra cosa que el llanto.
Federico Garcia Lorca
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3 comentarios:
tremendo!, uno queda aturdido y sin escapatorias. huir? para dónde?
saludos!
atte. manu
Quizas sea hora de leer algo del señor Garcia Lorca...
Nos leemos, suerte.
El sr Lorca sabia lo que decia y como decirlo...a mi saber personal es uno de los mejores poetas hispano parlantes del sxx.
...Huir?..a donde?..solo resta esperar y morir...
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